Juego entre sábanas



Un juego entre sábanas donde se lleva el tiempo sin darnos cuenta; dos cuerpos unidos en uno, el eco de su corazón junto al mío. Sus labios, primero un beso y más tarde como la erupción de un volcán. Sus besos explosionan, recuerdo tanta pasión y me siento tan dentro de su ser, que noto que soy parte de él, como si fuéramos uno. El tacto de su piel con mi tacto, los movimientos salvajes y otros tan dulces que solo de volver a recordarlo me excito.
Después de ese juego de sábanas, me daba un dulce beso y me cogía la mano y la besaba.
Más tarde, nos uníamos en un gran abrazo, como las plantas regaderas.
Y seguíamos hablando de lo que sentíamos hasta que acabábamos rendidos en un dulce sueño.
Al levantarme con el sonido del despertador, abría mis ojos y allí estaba él, mirándome con esos ojos de color café que me volvían loca. Y yo le sonreía, con ganas de más mimos, pues pararía el tiempo para que no corriera y poder estar a su lado.
Él se levantaba y me preparaba un rico café con mucho cariño, mientras escuchábamos una música inusual para coger fuerzas del día.
Él estaba totalmente desnudo, nunca olvidaré su silueta, y me decía: «Que tengas un buen día, cariño». Me besaba y yo corría veloz a sus besos y abrazos, pero volvíamos otra vez a separarnos, pues la jornada volvía a comenzar.



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